Los Maestros de la Alquimia Social

Si por algo se caracterizan los sacerdotes del internacionalismo es por su hipocresía y doble lenguaje.

Perfectos conocedores de la fuerza demoledora de la cultura y de la psicología llevan trabajando incesantemente desde el comienzo de los tiempos para la instauración de su imperio en este, nuestro plano físico.

Todo su acción se resume en lo siguiente: “haz lo que digo, no lo que hago”.

¿Cuáles son estos temas que tan bien manejan los hechiceros de la alquimia nigromántica?

La alquimia social

Son los temas que tocan los más bajos sentimientos de las masas – como la envidia y los celos – y todo aspecto moralizante, es decir, los relacionados con los elementos profanos que afectan al dominio económico: el oro y la moneda, la propiedad, el interés, la “especulación”, el intercambio, etcétera.

Por supuesto, que la mera mención de dichos términos despiertan la animadversión de la mayoría de las persones; y es ahí donde entra en juego el funcionamiento de la alquimia social que tan bien manejan los maestros de la misma.

Perfectos conocedores del carácter involutivo de nuestra realidad física se aplican con esmero en usar las bajas pasiones humanas para encaminar a la humanidad al matadero, mientras ellos van a lomos de la misma envueltos en trapos de oro y lujo (y mucho vicio).

Tales maestros de la contra-tradición siempre han sido el núcleo central del sacerdocio de la mayoría de las civilizaciones y culturas de la Tierra, y por tanto encargados de ir trabajando la psique de las masas para ir modelando la construcción de la gran obra final.

Maestros de la ingeniería social

Estos sacerdotes siempre fueron los grandes ingenieros sociales del pasado, aunque hay que recordar, que la gran mayoría de los “ingenieros sociales” del presente no son sino marionetas y peleles que actúan bajo el efecto de una sugestión masiva, siendo utilizados de manera vil por los verdaderos ingenieros jefes, los cuales saben de manera consciente cuales son, y serán, los verdaderos resultados de sus recomendaciones.

¿Cómo funciona la psicología invertida de estos cabalistas de lo social?

Voy a intentar explicarlo exponiendo el ejemplo de la propiedad y el “odio” particular que estos alquimistas profesan por ella.

Los mismos saben que la propiedad es un hecho indiscutible en las sociedades humanas, siendo que los humanos tienen como uno de los primeros instintos al nacer, el instinto de conservación de la misma: “dame mi chupete”.

También saben que la especie humana tiene una tendencia  innata a profesar la envidia y la codicia, y que las mismas se dan con mayor premura y solidez conforme se va “materializando” la realidad, es decir, cuando las condiciones materiales “mejoran” y la vida se vuelve más fácil, por decirlo de alguna manera.

Bien conocedores del carácter, desde el punto de vista material, ascendente del ciclo (descendente espiritualmente), saben que usando ciertas artimañas y artilugios de carácter religioso, moral, o simplemente mediante el uso del marketing mercantil, podrán obtener lo que quieran, incluyendo el poder económico, político y “espiritual” del mundo.

Su mejor estrategia a este respecto, es ir promoviendo el uso de la propiedad pública y denigrando todo lo concerniente a la propiedad privada mediante el uso de sus sortilegios “sociales” y morales para ir desarmando poco a poco lo poco que queda de espíritu en los cuerpos receptores – los pueblos del mundo – de los cuales son parásitos.

Son los eternos agentes de la subversión, que mediante el uso de la mentira consciente, promueven la aceptación de la ideología panteísta del colectivismo, mientras ellos se guardan para sí, los frutos de la propiedad privada y el dominio de lo personal.

Sacerdotes del socialismo

Ya bien sea a través de las principales religiones, como el cristianismo, el islam, el hinduismo, de las que siempre fueron actores principales e infiltrados; o de los movimientos profanos (y no tan profanos) de la modernidad, como el iluminismo, la masonería, New Age, ateísmo extremo, estos alquimistas jefes siempre promueven la desmembración del orden anterior más tradicional.

Son, al mismo tiempo, defensores del socialismo y del liberalismo.

Primero, del liberalismo, pues sabían que el paso de la sociedad monárquica y aristocrática al anterior (1), se producía un avance en el sistema de la propiedad común o colectiva y un retroceso en el bastión del verdadero orden universal: la propiedad privada y personal.

Promovieron en las masas la defensa de las ideas de liberalismo como la libertad, la igualdad y la fraternidad, pero sabiendo que debajo de las mismas acabarían destapando la Caja de Pandora del colectivismo más atroz.

Vendieron a las masas que el liberalismo y la democracia eran lo mejor, cuando su verdadero objetivo, aparte de que las masas abrazaran el ideal igualitario, era convertirse en un futuro en lo que habían destruido y supuestamente odiaban: la aristocracia; claro, que una aristocracia muy diferente: la aristocracia de la materia, en contraposición a la aristocracia del espíritu.

Segundo, del socialismo, pues sabían que era el siguiente paso en la “evolución” del sistema. Mediante la defensa y propagación del ideal democrático consiguieron que las masas creyeran en el nuevo Dios, la Democracia, y, por tanto, abrazaran sin reservas el ideal del igualitarismo extremo.

Esto es, introdujeron el Caballo de Troya sin que sus huéspedes se dieran cuenta.

Lo mejor de todo es, que al igual que con el liberalismo, estos altos ingenieros sociales – recordemos que los “bajos” no son sino pobres marionetas que se creen el hechizo al que están sujetos – saben perfectamente los resultados a largo plazo la aplicación de una política de carácter igualitario extremo, y por ende, toman todas las precauciones para hacerse con el poder debajo de las sombras con el control de los dirigentes democráticos (también marionetas), para obtener lo que realmente desean: el control del poder y las propiedades de La Tierra.

El paso final es convencer, a la masa que el mejor gobierno del mundo es un estado mundial que provea de todas las necesidades a los ciudadanos del mundo “libre” mediante un sistema que será necesariamente de propiedad pública, mientras que para ellos se reservan el disfrute de la propiedad privada y el poder total y absoluto.

Ingeniería social del sistema

Te harán creer en los nuevos dioses: la Seguridad Social, La Educación, La Sanidad Universal y gratuita, y en definitiva, El Estado de la propiedad común.

Llegará un momento, en que las masas del mundo, y sobre todo de Occidente, hayan renunciado al control de su propiedad privada (2), y no quede ya ningún resquicio, salvo el mercado negro, de independencia real del pueblo, quedando todo bajo el control del Estado.

Los únicos que no estarán bajo control del Estado serán los altos comisarios y dueños del mismo, que disfrutarán del espectáculo desde sus torres de marfil, y sentados en su oro. Estarán eso sí, bajo el control de Baal.

Lo mismo se puede decir del oro.

Desde tiempos inmemorables, los ingenieros de lo social se han encargado de criminalizar al oro, vendiéndolo como el más vil de los metales.

Esta idea se ha martillado con tal fuerza en la psique de las masas que las mismas lo han creído.

Por supuesto que los ingenieros, haciendo lo contrario de lo que predican, acumulan todo el oro que pueden mientras venden las bondades del papel FIAT a sus súbditos.

Evidentemente, no es el oro lo que es vil, o ni siquiera el dinero FIAT, sino la maldad de aquellos que mediante la mentira y la codicia por el poder usan a las masas para su propio beneficio, mientras se bañan en ríos de placer y goce por el poder.

No es por capricho que los reyes de antaño, los monarcas y las aristocracias primigenias no aceptaran otra cosa que oro o plata a cambio de sus transacciones.

La sola mención de introducir un sistema monetario FIAT les habría provocado la más alta repulsión.

Se equivocan aquellos que piensan que el futuro de la humanidad – al menos en este plano físico – está en un sistema económico basado en el FIAT; dichas ideas son fuente de risas y carcajadas de los alquimistas, que con buen gusto aceptarán tu oro, sabiendo que tarde o temprano, todos aquellos que transiten por el camino del socialismo y el papel moneda acabarán finalmente en las manos de los siervos de Moloch.

Lo mismo se puede decir de la odiada usura y el interés, o la codicia de los comerciantes. Por supuesto, no es el interés o el beneficio en una transacción lo maligno, sino aquellos que a sabiendas del poder que tienen dichos fenómenos, los usan para su beneficio.

Como con todo, estos promulgan la perversidad de esos fenómenos y serán los primeros que propondrán medidas famosas como controles de precios o de capital.

Mediante un uso maquiavélico del poder, dichos fenómenos solo servirán para destruir los últimos remanentes de los pequeños propietarios y productores de las sociedades, quedando los altos sacerdotes y sus poderosas multinacionales bien a salvo, cuando no en pleno beneficio, de dichos fenómenos.

Sacerdotes alquimistas

Esto se resume así: nosotros, los alquimistas, os inculcamos que la “usura” es mala, pero sabedores de que el préstamo es un elemento ineludible en las sociedades humanas actuales, nos arrogamos el uso de dichas prácticas. Así, saben que cuando las condiciones sean propicias, y los preceptos religiosos que prohibían la “usura” se debiliten, ellos podrán surgir como los verdaderos dueños legítimos de dichas actividades.

Así evitan desde el comienzo, que elementos “externos” a la creencia de la ingeniería social se puedan infiltrar en el negocio.

No obstante, he de decir que las cualidades inherentes (la mentira, el camelo, y la agresividad comercial) a dichas actividades favorecen que quienes practiquen dichas actividades acaben siendo los elementos más subversivos de la sociedad; y no porque el prestar con interés sea malo.

Eso lo podría hacer un hombre de bien, pero la psicología y la sociedad humana funcionan de una manera que hace que un hombre honesto y serio no pueda competir a la larga en ese tipo de negocios con aquellos que usan la mentira. Y por supuesto, todos los intentos de «controles de precios» basados en aspectos morales, serán (siempre lo han sido) un completo fracaso.

A pesar de lo evidente de la hipocresía de estas élites que controlan el mundo, parece imposible que las masas del mismo se den cuenta de lo mismo, siendo el caso el contrario, o sea, que las mismas abrazan con más fuerza si cabe, las tesis que les son vendidas.

Después de todo no puede ser de otra manera, y da igual las denuncias que sobre lo mismo se hagan, pues caerán en saco roto.

El camino al Nuevo Orden Mundial está ya más que preparado, y solo hace falta el empujón final para que la sociedad abrace el ideal materialista en su totalidad.

Presas de la materia, ya no quedará más camino que recorrer; ciertamente, como diría Julius Evola, el ciclo se cierra.

 

  1. Al contrario de lo que piensan la gran mayoría de los intelectuales de los últimos siglos, tanto de izquierda como de derecha.
  2. De algún modo, dicha situación se da ya mismo. Las sociedades de Occidente aún creen que tiene propiedad privada, pero solo se trata de una ilusión, pues la misma está bajo control del Estado y quienes controlan al mismo: los altos sacerdotes de la alquimia social y los dueños de las multinacionales.