Los controles de precios en la historia. Un completo fracaso

Una larga historia de controles de precios gubernamentales. Colapso tras colapso

The greater the number of laws and enactments, the more thieves and robbers there will be.

Lao Tsé

Los controles de precios gubernamentales es algo que lleva acompañando a la humanidad en toda la historia conocida donde el hombre se ha organizado en estados.

Controles de precios y la economía

Más no todos los momentos de la historia humana son iguales en este análisis.

Si nos dejamos llevar por las emociones pensaremos que este fenómeno es consustancial a todas las épocas y ciclos culturales, pero ello no es así. Este fenómeno tiene una preponderancia total en aquellos momentos que marcan el crepúsculo de una civilización.

Así pocos o ningún control de precios se van a encontrar en los primeros siglos de la gran cultura helénica y clásica romana. Tampoco se podrán encontrar probablemente en los albores de las civilizaciones egipcia o sumeria, ni tampoco en la Edad Media Europea, o en las etapas previas a los grandes imperios chinos.

Todo episodio de controles de precios y uno de los fenómenos que suelen acompañar a los anteriores es la hiperinflación y la destrucción de los sistemas monetarios envueltos.

En la era capitalista europea encontraremos cientos de casos ciertamente. Y más que nos quedan por observar.

Es más yo diría que los más terribles los vamos a experimentar en nuestros propios huesos.

Controles de precios en la historia

Los registros históricos nos evidencian casos de controles de precios desde hace al menos 4000 años. Sobre el tema hay un libro donde vienen varios de los casos más conocidos sobre los mismos. Es una obra escrita en 1979 por Robert Schuettinger y Eamon Butle llamada Cuarenta Siglos de Controles de Precios y Salarios.

En Babilonia hace unos 4000 años se pueden encontrar referencias a este tipo de controles en el mismo Código de Hammurabi.

Controles de precios en Babilonia

Los datos históricos muestran una disminución del comercio en los reinos de Hammurabi y sus sucesores. Los controles de precios no venían solos.

Esa época se caracterizó también por un gran gobierno central: por un gran Estado. El número de mercaderes disminuyó considerablemente a partir de Hammurabi. Así mismo disminuyó el número de transacciones de propiedad. Al mismo tiempo, el número de documentos administrativos aumentó de manera dramática; y lo hizo de una manera exponencial. Fue el inicio del fin de la civilización babilonia.

Controles de precios en China

En China también se pueden encontrar referencias varias a todo tipo de regulaciones gubernamentales.

El trabajo fundamental en este campo es el de Huan-Chang Chen, Los Principios Económicos de Confucio y su Escuela. En ese trabajo se explican las doctrinas de Confucio; favorables a la interferencia del gobierno en la economía. Todo lo contrario que lo defendido por Lao Tsé.

Controles de precios en Grecia

En la Antigua Grecia también se encuentran controles de precios masivos sobre los granos y un gran número de inspectores gubernamentales para preservar por la correcta aplicación de los mismos.

Como el mismo Aristóteles dijo refiriéndose a la labor de esos inspectores:

Ver que el grano fuera vendido en el mercado a un precio justo, que los molineros vendieran su producto en justa proporción y que los panaderos vendieran el pan en proporción al precio del trigo; y que el pan tuviera el peso fijado.

Como se puede ver por esa época, la de Aristóteles y de la democracia ateniense, la burocracia era enorme. Lo cierto es que Atenas perdió su hegemonía en su periodo democrático. Es decir, la democracia precedió al colapso de su cultura. No fue el nacimiento de su esplendor, el cual tuvo lugar, a pesar de lo que nos dicen los libros de historia, mucho antes. La democracia fue su crepúsculo; y con el vinieron todas las políticas de corte socialista que ocurren una y otra vez en el tiempo de manera inexorable, entre ellas: los controles de precios.

Estoy seguro que de tener datos fidedignos de los precios en Atenas en los años de los edictos sobre las regulaciones de precios y bienes encontraríamos lo que hoy llamamos hiperinflación.

Ni que decir que esto tuvo lugar en la etapa crepuscular de Atenas. El resultado siempre fue el mismo: escasez en los mercados y episodios de hambre esporádicos. La respuesta por muchos productores y mercaderes hacer uso de los canales no oficiales: es decir, los mercados negros. Todo esto a pesar de la amenaza de pena de muerte a los que se encontrara saltándose los decretos gubernamentales.

Pero cuando el hambre aprieta, no hay nada que pueda impedir florecer a los mercados negros como hongos.

En las últimas dinastías de la civilización egipcia hay amplia evidencia de que el Estado regulaba toda la economía. Según el historiador francés Jean Philippe Levy:

Los controles tomaron enormes proporciones. Había un gran ejército de inspectores. No había más que inventarios públicos, censos de hombres y animales y estimaciones de las producciones siguientes.

Controles de precios en el comunismo

Algo así como un sistema soviético de planificación central con planes quinquenales de producción.

La regulación estatal alcanzó tales proporciones que ante los controles de precios y la imposibilidad de vender por encima de los costes, los granjeros abandonaban las granjas en masa con el consecuente descenso de la oferta de comida.

A medida que esto ocurría los inspectores, por decretos gubernamentales, subían la presión sobre los productores con medidas cada vez más dramáticas.

Controles de precios en Egipto

La economía egipcia colapsó completamente al final del tercer siglo A.C. así como su estabilidad política. El final de Egipto estuvo, como vemos, controles de precios, devaluaciones (hiperinflaciones).

La crisis financiera era permanente. Así como esta es y será por lo que nos quede de vida. Tiempo al tiempo.

Controles de precios en Roma

En Roma fueron varios los controles de precios y esquemas de distribución de ingresos.

Todo esto fue en incremento hasta el final del Imperio de Occidente. Fue el mismo éxito de Roma el que más tarde acabó con Roma.

Una de las medidas más famosas de la época fue la entrega de trigo gratis a cualquiera que pudiera demostrar ser ciudadano romano allá por el 58 A.C. El resultado fue sorpresivo. Lo que provocó fue un abandono masivo del campo por parte de los granjeros para vivir en Roma sin tener que trabajar. En aquella época el Imperio todavía podía mantener esa política. Mediante el ejercicio de su poder podía importar la producción de otras provincias o territorios. El problema es que el virus “socialista” ya estaba incrustado en el pueblo romano y la decadencia económica fue cada vez a más. Incluso los esclavos fueron liberados para poder ser elegibles al trigo gratis del imperio. A los dueños les salía más barato hacer esto que mantenerlos.

Los problemas económicos de Roma comenzaban a tomar forma, con dislocaciones permanentes de capital y producción debido a los precios artificiales del grano. El emperador Nero comenzó las devaluaciones monetarias. A partir de ahí todo fue acelerándose. Al igual que los últimos 200 años, el tamaño del estado no dejó de crecer, así como el crecimiento de la burocracia y las regulaciones.

Hiperinflación en Roma

Hay registros bien documentados de la hiperinflación que asoló al imperio en sus últimos suspiros, sobre todo en algunas provincias como Egipto.

El precio del oro con respecto con la divisa Egipcia, el Dracma, paso de 4000 a 180 millones.

Algo parecido a lo que le está pasando al oro en estos últimos dos siglos con respecto al dólar y la libra. Cuestión que se va acelerando conforme entramos en la fase crepuscular de este ciclo de occidente.

El historiador Levy escribió sobre estos incrementos de los precios en la época romana:

“En cuestiones monetarias, regulaciones sin efectividad se decretaron para combatir la Ley de Gresham (el dinero malo desplaza al dinero bueno)…se prohibió comprar o vender monedas: estas debían usarse como pagos solamente. También se prohibió el acumular las monedas (no se podía pues acumular oro salvo escondido). También se prohibió fundir las monedas (para extraer la pequeña cantidad de plata que pudiera quedar). El castigo por todas esas medidas era la muerte. Por supuesto, todas esas medidas fueron en vano.”

Evidentemente fueron en vano, poco tiempo después el imperio colapsó. El del oeste se desintegró y el del este pudo mantenerse unido pero a duras penas.

El comercio y el nivel de vida bajó entre un 30 y un 80%* (el PIB de la época vamos).

El edicto de control de precios de Diocleciano

El más famoso de los edictos para intentar controlar los precios en el pasado es el Edicto de Diocleciano. En sus primeros años como Emperador la inflación parecía incontrolada.

Como se pudo comprobar más tarde, en su famoso Edicto, la culpa de la inflación según Diocleciano era de los avariciosos mercaderes y los especuladores. El problema es que mercaderes y especuladores siempre existen; en las épocas sin inflación como en las que no hay inflación.

¿Por qué son malvados los mercaderes y los “especuladores” en unas épocas y en otras no? ¿Cuál es la verdadera causa de la inflación?

¿Si la causa fueran los especuladores y los mercaderes no se supone entonces que un control de precios gubernamental solucionaría el problema y llevaría al impero a días de gloria?

Pues parece ser que no. Que siempre que hay controles de precios masivos lo que sigue es el colapso y la pobreza.

La Ley de Gresham siguió funcionando, como siempre lo hizo y siempre lo hará, en la época de Diocleciano. El Denario de plata raramente se podía ya encontrar en la época. Sólo denarios de cobre devaluados hasta la extenuación. El contenido de la plata en los denarios se había reducido en una parte de cinco mil en cincuenta años hasta el 268 D.C.

Con el sistema monetario resquebrajándose año tras año, algo así como el bolívar actual, el comercio (que en épocas de la República había sido enorme) se redujo a la mínima expresión.

El mundo romano cayó en una apatía de la que no había salida (la apatía del materialismo que en nuestra época representan los valores socialistas).

Diocleciano instauró profundas reformas. Algunas no fueron tan malas, o al menos crearon algo de estabilidad. Pero el tamaño de la burocracia y del “Estado del bienestar” romano no se tocó prácticamente. Como los precios no bajaban lo que el emperador esperaba este tomó el famoso Edicto, el cuál marcaba precios máximos sobre casi cualquier producto producido en el imperio, como huevos, pan, carne, ropa, etcétera, así como también salarios mínimos. La pena de muerte fue decretada para el que osara violar esos niveles. Y lo más triste del caso es la eterna pomposidad con la que los dictadores proclaman esas regulaciones: siempre haciendo hincapié en la avaricia de los mercaderes y los malvados especuladores. Pero toda pomposidad no sirvió nunca, ni nunca servirá para evitar el completo fracaso de esos controles. No se sabe cuánto duró el Edicto, pero sí se sabe que fue un completo fracaso y un auténtico baño de sangre. El denario subió un 250% en términos de oro en cuatro años (bonita inflación).

Controles de precios y caos societario

El caos que siguió en el imperio fue devastador con violencia descontrolada de las masas que se reunían para asaltar a los mercaderes que se negaban a vender sus productos a precios inferiores al coste, además de los episodios de castigo público de muerte por las autoridades. No se sabe cuál de los dos métodos fue el que más muertes produjo.

Como diría Rostovtzeff:

“…Diocleciano compartía la perniciosa creencia de la omnipotencia del estado…, una creencia que muchos teóricos modernos parecen compartir”

La moralidad de los controles de precios

Los controles de precios siempre tienen lugar ante una “demanda” del público ante lo que se suponen que son unos supuestos abusos de mercaderes o “malvados” especuladores. Se considera que los anteriores obtienen beneficios injustos por la venta de productos de primera necesidad y por lo tanto lo deseable es la intervención del gobierno. Se parte pues de una especie de posición basada en la suposición de que los intervinientes en esos mercados son malvados. Al menos la parte de la oferta.

Los controles de precios masivos siempre son comunes en los momentos finales de las civilizaciones principales. Ello no es casualidad.

Hay una causalidad que implica las fuerzas duales que operan en el cosmos y que se manifiestan en las sociedades humanas en los ciclos de las constituciones.

Controles de precios por el Estado

De Nobleza a Aristocracia, de Aristocracia a Monarquía, de Monarquía a Burguesía (los primeros años democráticos solo pueden votar los dueños de capital normalmente), de la Burguesía a la Democracia Universal; y finalmente de la Democracia Universal al Totalitarismo (gobierno dictatorial de la plebe).

El Estado es pequeño al principio.

No hay lugar para controles de precios.

La economía es privada y las regulaciones escasas.

Conforme avanza el progreso “material” en forma de bienestar en esas sociedades, crecen los sistemas burocráticos masivos y con todo ello el sentimiento altruista así como el de envidia y toda la moralidad socialista.

A partir de cierto momento y ante la apatía económica latente (debido a la cada vez menos propensión a emprender y ahorrar debido a la regulación e impuestos crecientes), comienzan las medidas intervencionistas en la economía. Su implantación viene con la mejor de las intenciones. También tiene el comunismo la mejor de la intenciones que es la de traer al hombre nuevo. Pero una cosa son las intenciones y otra los resultados. Una de esas medidas intervencionistas siempre es la de control de precios.

Resultados de los controles de precios

Al principio se suele usar de manera moderada y sobre productos “básicos” (al final todos los productos son básicos) y más tarde se acaban por extender a todos los productos.

El resultado nunca es una disminución de los precios, sino todo lo contrario: una disminución mayor si cabe de la producción y como no puede ser de otra manera la subsecuente escasez de oferta. De ahí que los productos siempre escaseen en todos los sistemas donde sean instaurados los controles o sistemas de producción pública de los medios de producción (comunismo), ya sea la Roma de Diocleciano, La Babilonia de Hammurabi, la Francia de 1793, la Unión Soviética, Yugoslavia, o Argentina y Venezuela en la actualidad.

Controles de precios en Venezuela

El caso actual de Venezuela es el más claro ejemplo. Un gobierno democrático que es ya casi comunista se ha embarcado en políticas regulatorias cada vez mayores, y en decretos de controles de precios cada vez más agresivos. El último y más importante tuvo lugar hace unas semanas y el resultado no se ha hecho esperar: el orden social se va desmoronando poco a poco en la República Bolivariana.

Los marxistas venezolanos piensan que los altos precios son obra de los comerciantes y “especuladores” venezolanos. El problema sin embargo es otro.

Resulta que a más controles de precios más inflación. ¿Cómo es eso posible? ¿No debería el todopoderoso gobierno venezolano, poseedor de una de las mayores reservas de petróleo del mundo, ser capaz de hacer bajar los precios de los bienes de su país mediante decretos?

Lo triste es que el tipo de gente que dirige el país también cree que imprimiendo papeles se alcanza la riqueza. Ojalá fuera tan fácil.

El futuro de los controles de precios en Europa

No dentro de mucho, cuando se produzca la incipiente implosión del sistema monetario occidental (y por ende mundial) los países occidentales van a entrar en un periodo de turbulencias nunca visto en la historia. Uno de los resultados que preveo con toda seguridad será la instauración de controles de precios masivos o sino la imposición directa de sistemas comunistas (donde los controles de precios dejan de tener sentido al no quedar ya empresa privada a la que “controlar”). El hecho es que se adoptarán controles en la creencia de que ello mejorará las que con toda seguridad serán penosas condiciones futuras de abastecimiento.

Todos esos controles fracasarán sin lugar a dudas. Aquellos países donde triunfen revoluciones nacionalsocialistas sortearán algo mejor la marejada pues a pesar de tomar ese tipo de medidas, tomarán otras favorecedoras de la protección de la propiedad privada, además de un orden estricto en las calles, lo cual compensará con creces los efectos perniciosos de los controles de precios, pero ello no hará que estos sean positivos: la inflación continuará de cualquier manera, y a la larga incluso esos países sucumbirán a la trampa del intervencionismo.

Los países que caigan en las redes del totalitarismo de corte neo marxista sufrirán las consecuencias plenas de una gran inflación y además de niveles de crimen, pobreza y pestilencia que solo cesarán con el completo colapso y caos de esas sociedades.

El futuro se presenta incierto, pero de lo que no tengo ninguna duda es que vamos a ver controles de precios de una manera que la mayoría ni nos hacemos una idea.

España no será la excepción.

 

* The fall of Rome: and the End of Civilization. B.W.Perkins

* Para estudiar bien este tema recomiendo:

– Crítica del Intervencionismo. Ludwig Von Mises

– Man, Economy and the State. M. Rothbard. Capítulos 12 y 13

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