¿De verdad esto no va de izquierdas y derechas?

¿De verdad esto no va de izquierdas y derechas?

Es una de las típicas frases que escuchamos a menudo de gente que ve que el sistema político está corrompido, tanto a un lado como al otro del espectro parlamentario.

En ese sentido, el político actual, es una afirmación correcta.

Y vaya que si lo es.

Sin embargo, desde un punto de vista más profundo no es una afirmación correcta.

Voy a explicar por qué.

La política global está totalmente corrompida

Esta es la parte que ratifica dicha queja.

Ya lo expliqué en el artículo http://capitalismocrepuscular.com/por-que-los-politicos-actuan-todos-a-una/

Pero lo vuelvo a hacer ahora porque creo que es importante que conozcamos el verdadero trasfondo de todo el sistema de poder global.

La gran crisis de la plandemia nos ha traído la cruda realidad como nunca antes la habíamos visto.

Los que ya conocíamos el hedor del sistema no nos vimos sorprendidos, pero no era así para muchos otros que de alguna manera aún confiaban que los problemas del mundo se podrían solucionar de manera política.

El hecho es que el evento estrella de los dos últimos años ha probado fuera de toda duda que tanto los políticos de la llamada izquierda y los de la derecha, están controlados por un mismo ente u organización.

¿Cómo es posible que partidos y dirigentes de la supuesta derecha como Merkel, Macrón o Casado defiendan políticas tan liberticidas?

Pues porque no son gente de derecha.

¿Qué son entonces?

Son actores.

Es decir, políticos de izquierdas que están disfrazados de políticos de derechas.

Siguen las órdenes del tablero esotérico a rajatabla, igual que los líderes políticos de izquierda, quienes no muestran tales incongruencias, al menos de manera tan descarada como los políticos de “derechas”.

De hecho no hay un solo político de derechas a nivel global que no sea un actor del grotesco ritual que es el juego político global.

No se libran ni Putin ni Bolsonaro ni DeSantis.

Todos, absolutamente todos ellos son marionetas sin conciencia que juegan el juego que les marca el gran líder de la izquierda.

Dicho en otras palabras, todos los políticos del mundo son de izquierdas.

¿Pero qué es la izquierda?

¿Por qué el enemigo es de izquierdas?

Porque la izquierda es la que defiende la igualdad, y la igualdad no es otra cosa que el camino hacia la androginia.

La derecha defiende la igualdad ante el derecho, que es otra cosa. Esa igualdad ante el derecho es la que intenta poner freno al descenso a los infiernos de la androginia.

Lo que pasa es que aquí entramos en la parte confusa del asunto.

¿No se supone que la androginia es el centro?

Sí, la androginia se supone que es la fusión de la izquierda y la derecha (entre otras cosas).

Pero lo que debemos entender es que la fuerza para llegar a la androginia final es la lucha por la igualdad, el valor que defiende la izquierda política.

Por eso las asociaciones son más bien así:

  • Izquierda = Igualdad = Androginia = Indefinido = Comunismo = Globalismo
  • Derecha = Libertad = Hombre y mujer = Preciso = Propiedad Privada = Local

Si nos fijamos con lo que está pasando con este drama apocalíptico, el ataque está viniendo de manera clarísima sobre la propiedad privada más sagrada que tenemos: nuestro cuerpo.

El asalto de las fuerzas globalistas va directo a donde más duele: a hacerse con el control de nuestro cuerpo.

La excusa es el “virus”.

Con el “virus” pueden hacerse con el control del Templo de Dios, o sea nosotros.

Ese templo que nos legó Dios es nuestra mayor propiedad y la última defensa contra el triunfo final de las huestes andróginas.

Por eso, en realidad sí que estamos ante una lucha a vida o muerte entre las fuerzas de la izquierda y la derecha.

Las fuerzas de la izquierda siempre han sabido que para ganar esa guerra tenían que usurpar el territorio político haciéndose pasar por fuerzas de derecha.

Es el truco más viejo del mundo: el truco del engaño.

Solo así puede ganar Satanás.

Nosotros no somos de centro.

No te confundas.

El centro es un término ambiguo.

El mismo lo dice todo: no es sino una trampa de los engañadores.

Nuestra lucha viene desde la derecha, pero en este caso una derecha que viene definida más desde un punto de vista espiritual.

Una derecha que en realidad significa nuestra libertad e individualidad.

En este plano material es una lucha muy desigual, pues el enemigo tiene todas las fuerzas sociales, políticas y económicas a su favor. Tiene el control total de los estados mundiales, del sistema financiero, tecnológico y sanitario del mundo.

Además de eso el enemigo está coordinado como solo el ser andrógino es capaz de hacerlo, a un nivel de Mente Colmena.

Nosotros solo tenemos nuestra libertad, o sea nuestra capacidad de ejercer todavía el libre albedrio.

Eso es lo que quieren arrebatarnos.

A pesar de parece que estamos totalmente derrotados, piensa que el enemigo valora mucho atrapar esa libertad que nos queda.

Fíjate en el esfuerzo titánico que está haciendo para conseguirlo.

No se lo permitamos.

Jesucristo está con nosotros.

Honor y libertad.

Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres

Juan 8:32 Reina-Valera

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