¿Eres adicto al porno?

¿Pasas mucho tiempo viendo porno por internet? ¿Sientes que no puedes dejar de ver porno?

Si la respuesta es sí, es probable que tengas un pequeño problema del cuál no te hayas dado ni cuenta. O al menos no de manera concienzuda.

Lo que voy a escribir lo hago con la esperanza de que algún día le pueda ser de ayuda a algún chaval que, sin darse cuenta, esté enganchado a esto.

El porno e internet

El problema grave del asunto no es tanto con el porno per se, sino con el porno a través de internet. El porno de antes; el de magacines, algunas películas no era, desde el punto de vista de la adicción, especialmente dañino. El uso de internet para este ámbito tiene implicaciones muy importantes en nuestras neuronas.

¿Qué pasa si sueltas dos ratas macho y hembra, en una jaula? Pues lo normal: que copulan.

El macho se cansará de la hembra tras un cierto tiempo, no mostrando demasiado interés a pesar de que la hembra quiera más. La cosa cambia si la hembra es reemplazada por otra nueva. El macho volverá a la carga de inmediato. El proceso se repetirá hasta que el macho no pueda más, literalmente. Esto es el llamado efecto Coolidge.

Esto es por decirlo de alguna manera lo que nos hace engancharnos al porno por internet.

La cantidad de hembras con las que podemos “copular” por la pantalla es interminable. Pueden ser cientos diferentes por día.

Porno y dopamina

En los mamíferos, el deseo y la motivación para buscar el sexo viene de un neuroquímico: la dopamina. Esta impulsa el comportamiento de fertilización; pero además nos impulsa a las adicciones.

El antiguo circuito de gratificación nos empuja a hacer cosas que favorecen nuestra supervivencia y la transmisión de nuestros genes.

Los refuerzos naturales son la comida, el sexo, el amor, la amista y también la novedad. Los no naturales serían los productos químicos.

La dopamina tiene como objetivo evolutivo que hagas lo mejor para tus genes. El mayor desencadenante natural de dopamina es el sexo.

La dopamina no causa el placer en la gente per se, sino que causa el comportamiento de búsqueda o desear.

La dopamina está en la eterna búsqueda de la novedad.

Unos zapatos nuevos, un móvil nuevo, una estreno en el cine, etcétera. Todos estamos enganchados a la dopamina.

Cuando se acaba la novedad la dopamina colapsa. Lo cual nos hará buscar más y  más novedades para mantener los niveles de dopamina. Y todo esto se acaba convirtiendo en un círculo vicioso que nos acaba pasando factura.

Por supuesto aquí entra en juego el porno por internet.

La novedad está solo a un click de distancia, lo que en la red significa menos de un segundo.

En unas pocas horas de uso de porno por internet puedes “copular” con más parejas de lo que cualquier persona normal de antaño sin acceso a internet podría hacer en toda una vida. Esto viene a ser así como un hiper-estímulo.

Aquí el problema no es una adicción al sexo, sino una adicción a internet.

Las adicciones a las drogas y su relación con el porno.

Recuerdo una conversación con un viejo amigo que tomaba cocaína; bueno, más bien que estaba enganchado a la cocaína.

Al escucharle lo que me decía podía entenderle perfectamente, pues su comportamiento se asemejaba al que puede padecer un usuario del porno por internet. Él me decía que a veces intentaba pasar un fin de semana en casa sin salir y sin consumir cocaína, pues los fines de semana eran su perdición.

Llegaba el viernes por la noche y parecía que lo había logrado. Pero que no sabía cómo ni por qué casi siempre que intentaba hacer esto fracasaba.

Me decía que sin darse cuenta se encontraba en el coche camino a buscar la sustancia y salir de fiesta y que esto le ocurría una y otra vez.

Era como si fuera poseído por una fuerza superior que lo convirtiese en una especie de zombi.

Algo parecido ocurre con los usuarios del porno por internet. Se dicen: no, hoy no voy a usar esta porquería; y cuando ya se dan cuenta están con los pantalones bajados mirando diferentes escenas.

Es una especie de pérdida de conciencia.

Las sustancias que elevan la dopamina como el alcohol o la cocaína pueden crear adicciones. No obstante, solo el 10 o 15% de los humanos que usan estas drogas acaban adictos a ellas.

Videojuegos y adicción

No ocurre lo mismo con los gratificantes naturales como la comida basura o los videojuegos. Aquí nunca tenemos suficiente. Siempre queremos más.

Las adicciones de comportamiento y las adicciones a las drogas comparten los mismos mecanismos de alteración del cerebro. Dichos mecanismos son los siguientes:

  • Insensibilización: La dopamina y sus receptores disminuyen en el circuito de satisfacción del cerebro. Así el adicto queda menos sensible ante el placer y le impulsa a buscar sustancias o actividades para el incremento de la dopamina. De esta manera el adicto pierde interés en estímulos y comportamientos que en su momento fueron de gran interés. Cada vez necesita más. Igual que en todo, cuanto más tomas de algo más te enganchas y menos efecto te hace, buscando cada vez más cantidad.
  • Sensibilización: el adicto se vuelve cada vez más sensible a los pensamientos relacionados con su adicción y menos sensible con otras cosas.
  • Hipofrontalidad: Se produce una alteración en la materia gris y blanca del lóbulo frontal que se relaciona con una reducción en la habilidad de prever consecuencias. Digamos que nuestra fuerza de voluntad colapsa.
  • Circuitos disfuncionales de estrés. El estrés nos puede causar fácilmente una recaída.

La proteína DeltaFosb y la adicción

Una de las claves aquí está en esa proteína. Esta se acumula en el circuito de recompensa cerebral. Esta acumulación y los cambios moleculares que genera son casi idénticos a los del abuso de drogas.

Esta proteína evolucionó para recompensar al cerebro por el estímulo cerebral. Sin embargo las otras recompensas naturales como la comida y el agua no afectan a esta proteína en el mismo grado.

La activación de esta proteína estaba diseñada para ambientes más naturales y para otro tiempo sin duda. Con la llegada de los súper estímulos modernos, la adicción a la comida basura y al porno por internet es demasiado fácil. Y nuestros cerebros no fueron diseñados para soportarlo sin consecuencias.

El consumo excesivo de sexo o comida es la señal a tu cerebro de que has alcanzado el objetivo evolutivo (procrear y comer). La acumulación excesiva de DeltaFosb puede causar cambios radicales en el cerebro.

Si la visión habitual de porno nos ha causado problemas de adicción en el cerebro, entonces has creado una ruta en tu cerebro.

De esta manera, así como el agua fluye por la vía de menos resistencia, así lo hacen los impulsos y los pensamientos. Como con cualquier habilidad, cuanto más lo practiques, más fácil te resultará.

Cerebro y porno

Así es como se ha formado una conexión profunda en tu cerebro con el porno.

Al mismo tiempo que la sensibilización hace que cada vez uses más porno, la sobre estimulación de el circuito de recompensa causa una reacción.

Ante el continuo bombardeo de dopamina se produce una disminución en los receptores de dopamina. El cerebro se defiende. Tan pronto como estás enganchado al porno, nada más le interesa a tu cerebro, por eso la gente que está completamente enganchada deja de tener interés en el asunto real.

Así tenemos que la insensibilización hacia los placeres normales de la vida aumenta, la sensibilización hacia la actividad adictiva hace que tu cerebro se vuelva hiperactivo con cualquier cosa relacionada con dicha adicción. Lo cual causa que la tendencia sea hacia el uso de más actividad adictiva pues la no adictiva cada vez presenta menos interés.

Escalada en el uso del porno

Es común en todas las adicciones que el adicto necesite cada vez más dosis de su droga para tener el mismo efecto. Lo mismo se produce en el porno por internet.

Los adictos buscan géneros más raros o pasar más tiempo delante de la pantalla intentando ver la mayor cantidad posible de videos en el mínimo tiempo en lo que es un comportamiento compulsivo.

Lo normal es empezar viendo videos de sexo normal y luego acabar viendo vete a saber qué género. Aunque esto no significa que la orientación sexual del individuo tenga que cambiar.

¿Es el porno una adicción o no?

Hay muchos científicos que se niegan a reconocer este tipo de comportamientos como adicciones y solo reconocen las adicciones a los químicos. La experiencia demuestra no obstante lo contrario. La severidad, por ejemplo, en los síntomas de abstinencia no deja a dudas de que algo ha ocurrido en la fisiología de los individuos; y el uso continuado de porno crea dependencia. Y si no que le pregunten a los miles y miles de hombres que lo han dejado o intentado dejar y verán. Los siguientes días al dejar esta adicción son de los más difíciles en la vida de una persona.

Hay que tener mucha fuerza de voluntad para no volver a caer en el vicio.

No es posible pretender que alguien que ha estado usando algo de manera compulsiva, continuada, sin control sobre su uso y con ansia continua de uso, pueda dejar eso sin la más mínima consecuencia.

El acceso al porno por internet lo hace diferente con respecto a otras adicciones. Sólo hay que tener una conexión a internet con velocidad aceptable y bingo. Puedes pasarte las 24 horas enganchado día tras día viendo diferentes videos si así quisieras.

No hay límite.

Los niveles de dopamina se mantienen constantemente elevados de esa manera. El problema del porno por internet no es tanto el porno en sí sino:

  • La extrema novedad en su uso. Cada día puedes tener cientos de diferentes compañeras. Esto no es la revista Penthouse. El sexo en pareja se vuelve aburrido comparado con el voyerismo de la red.
  • Como ya dije, no hay límite en la cantidad que puedes consumir. Puedes estar consumiendo todo el día. En las drogas y las comidas hay un límite.
  • Con las drogas y las comidas se puede escalar consumiendo más. O en el caso de las drogas pasándote a una nueva. En el uso del porno uno puede escalar consumiendo más y también a través de buscar nuevos géneros (nuevas drogas). Así, muchos acaban viendo género de lo más bizarro.
  • Al contrario que las drogas y la comida, el porno por internet no activa el sistema de aversión del cerebro de manera automática; como sí lo puede hacer con determinadas drogas o comidas.
  • La edad a la que uno puede iniciarse a esta adicción lo vuelve especialmente peligroso. La producción de dopamina hace que los jóvenes sean víctimas muy vulnerables y sensibles. Los casos de adicción en los que empiezan jóvenes son más severos por regla general. Esto se va a convertir en una pandemia en los próximos años. Esto es así, porque la sociedad en general no se preocupa demasiado por el problema. A los padres no les preocupa demasiado que su hijo de 14 años pueda estar masturbándose todo el día viendo porno. No les gusta, pero el hecho de que el hijo tenga ordenador con internet en su cuarto le da total carta de libertad para introducirse en este mundo. La visión de la sociedad tendrá que cambiar mucho para erradicar esta escasa percepción del problema. La mayoría de los jóvenes que empiezan su andadura en esta adicción lo hacen sin haber tenido contacto sexual real. Se pasan a lo mejor años masturbándose miles de veces y viendo miles y miles de horas de videos. Cuando llega el momento de la verdad, muchos de estos chavales presentan problemas de disfunción eréctil.

¿Cómo curar el problema del comportamiento adictivo al porno?

Muchos de los adictos al porno acaban por darse cuenta del problema. El simple hecho de no poder mantener una relación normal con una mujer, o tener problemas de erección o libido hacen recapacitar. Así es que muchos acaban encontrando la información que existe en la web sobre el tema.

La web nos da el vicio y la web nos lo cura. Esto lo debemos ver como un proceso de aprendizaje en la vida.

Los síntomas que puede presentar esta adicción son:

  • Estrés por la escalada hacia géneros más extremos
  • Eyaculación retardada
  • Impotencia (gatillazo)
  • Mayor masturbación y menor satisfacción
  • Empeoramiento da ansiedad y pérdida de confianza
  • Mayor disfunción eréctil, incluso con porno extremo
  • Uso de géneros extremos que no concuerdan con la orientación individual
  • Imposibilidad de concentrarse normalmente
  • Depresión, ansiedad, pereza.

Lo necesario para curar todos estos problemas es restaurar la sensibilidad de tu circuito de recompensa y atacar tu sensibilización al porno. Este proceso es lo llamado “rebooting”, o dicho en castellano, una especie de reiniciación.

Tenemos que, por decirlo así, desenchufarnos de ese mundo. Y la mejor manera de hacerlo es, cómo no, dándole un descanso a la mente de todas las actividades en las que haya estimulación sexual artificial: porno, chats, historias eróticas, fotos calientes, etcétera.

Todo hasta que nuestro cerebro vuelva a recuperar la normalidad.

Masturbación y porno

En el caso de la masturbación; por la experiencia de los miles de hombres que han reportado sus casos, lo mejor es dejar de masturbarse una temporada para acelerar el proceso de recuperación.

De la misma manera también es aconsejable abstenerse de tener sexo y orgasmos.

Esto dicho es fácil pero hacerlo es cosa de otro cantar.

En este caso es aconsejable evitar en la medida de lo posible todas aquellas actividades que puedan tener conexiones con la adicción, como pasar mucho tiempo en casa solo y navegando por la red. Por ejemplo, así no sería nada difícil encontrar una foto de una chica desnuda y entonces, se produce un efecto en tu cerebro que te hace pensar en porno de manera automática, con el peligro que ello conlleva si tienes el ordenador delante.

La otra parte en el proceso de recuperación radica el fortalecimiento del control ejecutivo, el cual reside en el lóbulo frontal; y el cual es el responsable de evaluar los riesgos, hacer planes a largo plazo y controlar los impulsos. Este fortalecimiento toma su tiempo.

Nada garantiza que no vuelvas a usar porno por internet nunca, pero al menos ya sabes las consecuencias que ello conlleva, y por tanto serás más reacio ante su uso.

Se puede dejar esta adicción, solo hay que tener fuerza de voluntad. Si estás viendo porno todos los días, por tu bien, déjalo.

Es una forma de vampirismo energético.

Una trampa de la vida materialista.

Vuelve a la vida real.

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