Mucho petróleo pero poca morrocota

En la segunda mitad del Siglo XX, Venezuela fue el destino de millones de emigrantes europeos, entre los cuales, muchos españoles, sobre todo canarios. Españoles, italianos, centroeuropeos, portugueses, todos iban buscando mejores salarios que en sus países.

En esa época poco importaba la cotización del petróleo, o no al menos de la manera tan obsesiva como en el experimento bolivariano, aunque es fácil entender por qué.

Pero hoy en día, el país no se caracteriza por ser un destino de emigrantes, turistas o nadie que no sea algún político o miembro de alguna multinacional. Digamos, que no hay mucho interés por ir allí, ni mucho menos en los salarios del lugar.

Venezuela es uno de los países de moda. Cuna del experimento socialista del Siglo XXI. El XX ya tuvo las suyas, con la URSS, Cuba, China, Camboya, Corea del Norte, etcétera, todos nombres que no se caracterizan por ser sitios donde la gente emigrara en dicho Siglo.

Ni siquiera los progres emigraban allí.

Pero la nueva esperanza del ideal comunista tiene en Venezuela a su máximo exponente en este Siglo. Y se trata ni nada más ni nada menos que el país con las mayores reservas de petróleo del mundo, que ya es decir.

Imaginemos si esas reservas las tuviera Japón. País que a pesar de haber sufrido cien veces más el “imperialismo” yanqui que Venezuela, con bombas nucleares incluidas, multiplica por 10 el nivel de vida de los venezolanos.

No sé cómo se las arreglan estos japoneses, la verdad.

Tampoco entiendo como lo hacen los venezolanos para ser tan miserables sentados encima de tantos recursos. Más aún, teniendo en cuenta que ni los viejos del lugar recuerdan cuando hubo una gran guerra por allí.

Prosperidad económica y el socialismo del Siglo XXI

Una de las cosas más curiosas del país caribeño, es el hecho de que en 1950 era el cuarto país con el PIB per cápita más alto del mundo. Ahí es nada. En aquella época, el PIB per cápita aproximado de los principales países era (1):

  • Estados Unidos: 9.573 USD
  • Suiza: 8.939 USD
  • Nueva Zelanda: 8.495 USD
  • Venezuela: 7.424 USD

Es decir, Venezuela estaba por encima de prácticamente toda Europa, menos Suiza. Estaba por encima de Alemania, Francia, Reino Unido, Suecia, Noruega, Austria, Italia, España.

En el caso de España e Italia, tenían 2.397 y 3.425 USD respectivamente, ocupando los puestos 19 y 21 del mundo.

No estaba mal, pero es que Venezuela estaba a la par prácticamente de Suiza, Nueva Zelanda y Australia.

Vamos, que los sueldos del país eran el doble que los de España, en término medio.

Con esas condiciones, con un país que no sufrió la guerra mundial, con más y mejores recursos naturales que Europa Occidental entera, con todo eso, y el país está 65 años después, encabezando el ranking de país con mayor crimen del mundo (anda entre los dos primeros puestos), y con una situación económica y social dantesca, con los supermercados vaciándose a un ritmo cada vez mayor.

El paraíso de los controles con cuerpos funcionariales como la Intendencia de Precios (la web dejó de funcionar unos pocos años más tarde), parece no tener éxito en el control de su economía. O al menos en proporcionar abundancia en sus supermercados.

Tantos intendentes para tan pocos frutos.

Claro, la culpa es de los especuladores, de los Estados Unidos, de los capitalistas, de los fascistas, de Aznar, de Rajoy (o Rajao como dice Maduro), de Bush, y a saber de quién más.

Claro, con tantos culpables, uno se ha de sentir limpio de conciencia. Con tantos enemigos, Venezuela ha de dar gracias de seguir con vida.

Supongo que algo así piensan la mayoría de los que apoyan al régimen, muchos de los cuales en tierras ajenas, como la nuestra, donde mucha gente pensará algo así. Como nos explicaba Revel perfectamente, el antiamericanismo sirve para expiar todas las culpas.

Si las cosas no salen bien, la culpa es de los americanos.

Pero, sin embargo, los americanos sí son buenos para venderles el petróleo y para importar productos. Productos que ya nadie produce en Venezuela.

Claro, ¿Quién va a producir en Venezuela con el ejército de la “Intendencia de precios” soplándote en el cogote y llamándote acaparador cuando les intentas explicar que los costes de producción son mayores que el precio que está dictado por decreto para la venta?

Pero lo mejor de todo es que las bases (y cúspides) de los futuros partidos europeos en el poder, los podemos, syrizas y demás soñadores del modelo bolivariano, tienen entre sus futuras medidas la determinación de “precios justos”, como arma definitiva para resolver la injusticia en el mundo. “Precios justos” como los que hay en Venezuela. Bueno, puestos a elegir, yo preferiría precios no tan justos y poder comprar una lata de salchichas sin tener que hacer cola.

  1. Fuente: NationMaster