Darwin y la estafa de la Evolución

Si acudimos a los escritos o leyendas de todas las tradiciones parece obvio que todas estaban de acuerdo en que la “Creación” había sido obra de una inteligencia superior o Dios, ya sea llamado Brahma, Viracocha, Dios, Alá, Yahvé.

El devenir del mundo puede ir, según las tradiciones, desde una Creación, como nos enseña el Génesis bíblico, ó en ciclos eternos de tiempo o días de Brahma.

En cualquier caso, no es de evolución lo que nos dan a entender las tradiciones sino de más bien devolución, ya sea en forma de descenso de los yugas hindúes o con Adán y Eva.

Parece ser que era creencia común que el hombre ha descendido desde un estado primordial en el cual la paz y la verdad prevalecían al estado actual en el cual prevalece el conflicto y la mentira.

Teoría de la Evolución falsa

Según las tradiciones, ese estado de falsedad y vileza sería más o menos en el que estamos viviendo actualmente; lo cual contrasta con la visión ultra optimista de los modernos, según la cual nos encontramos en la cúspide de la civilización y de la evolución, y que solo estamos a escasos momentos de dar un salto evolutivo hacia una nueva conciencia; y en eso, la verdad, es que tienen razón, aunque no saben que lo que buscan con desatino no es sino la disolución en el Tártaro de la indiferencia cósmica.

¿Cómo surgió la Teoría de la Evolución?

El máximo proponente de la Teoría de la Evolución fue el conocido Charles Darwin, el cual introdujo su teoría en pleno Siglo XIX con un éxito fulminante, como bien es sabido.

Muchos piensan que la introducción de dicha teoría tuvo un gran mérito por el hecho de ser una idea radical en medio de una oposición feroz del consenso general de la época, empezando por la Iglesia, y que por tanto los actuales proponentes de ideas contrarias afrontan una oposición similar.

Muy al contrario a lo que piensan estos oponentes de la teoría darwiniana, entre los que a nuestro entender destaca Michael Cremo (1), pensamos que las posibilidades de que las teorías que apuntan a un diseño por parte de Dios, son de valor cero; es decir, que no van a ser aceptadas por el actual sistema ya que no es posible en el estado de “solidificación” –como diría René Guenón– en el que nos encontramos. De hecho, ha sido por ese grado de solidificación o de avance de las fuerzas de la “materia” el que la Teoría de Darwin triunfó.

Teoría de la evolución cíclica

Digamos que dicha Teoría iba a aparecer de alguna u otra manera porque tocaba el momento; y porque las fuerzas de la subversión llevan trabajando para que se vayan acoplando todas las piezas en su plan maestro, dentro del cual, dicha Teoría ocupa un lugar destacado.

Así podemos ver como Thomas Huxley, el llamado “bulldog de Darwin” y prominente masón, fue el máximo impulsor de la misma. Tampoco sería de extrañar que Darwin tuviera vínculos directos con la masonería o con alguna organización subversiva, pero el hecho es que todas las fuerzas de la subversión se unieron al unísono para dar el lanzamiento definitivo a esa teoría; y dadas las condiciones de industrialización, avance democrático y materialismo latente, solo era cuestión de tiempo que dichas ideas pasaran a formar el núcleo del corpus religioso de la sociedad.

Lo que no entienden muchos “creacionistas”, como Cremo, es que sus teorías de vuelta a la Tradición no van a cuajar en el clima actual.

Es decir, puede que tengan una gran difusión en el público pero ese tipo de ideas y obras nunca van a ser aceptadas por el Estado; y decir el Estado actual es decir la Iglesia de antaño.

Es más, el Estado actual es la verdadera raíz de las fuerzas igualitarias, y viene a ser en última instancia el “creador” de todas esas teorías.

Hoy en día basta con que una teoría encaje en el engranaje del paradigma igualitario para que la misma sea aceptada por las fuerzas de la entropía estatal. Por eso, las teorías anti evolucionistas no tendrán la más mínima posibilidad de triunfar: porque nos dirigimos a una situación en la que el Estado se haga con todos los resortes de la sociedad; cuestión para la cual, queda muy poco ya.

Mención especial merecen las teorías e ideas expuestas por Michael Cremo.

Después de la publicación de su monumental “La arqueología prohibida” nos cuenta como tuvo un rechazo absoluto por parte de la comunidad científica “oficial”, o sea la perteneciente al Estado.

En ese libro nos cuenta de innumerables casos de descubrimientos de restos humanos que hacen imposible el mantenimiento de la Teoría de la Evolución, y de su retoño: la ridícula teoría de “fuera de África”.

Los casos a lo largo de los últimos 150 años son tan numerosos que el autor vio como su trabajo se alargó hasta más de 900 páginas, sobrepasando con creces lo que el autor había pensado inicialmente.

La Arqueología prohibida

Como ejemplo de los casos presentados en el libro tenemos uno sobre un caso ocurrido en el Siglo XIX en las montañas de Sierra Nevada en California, en medio de la fiebre del oro.

Mientras buscaban oro, los mineros encontraron gran cantidad de esqueletos, puntas de lanzas y objetos de piedra. Dichos descubrimientos fueron hechos en diferentes localizaciones en esa cordillera.

Una vez que se intentaron datar esos huesos y artefactos se llegó a la conclusión de que los mismos tenían 50 millones de años.

¿Pero cómo podía ser eso así si la teoría oficial decía que el hombre no existía en esa época, sino solo en los últimos cien mil años?

¿Pruebas de la evolución?

Estos descubrimientos fueron bien documentados por un geólogo del Estado de California, el Doctor J. D. Whitney, el cual publicó su trabajo sobre los descubrimientos en la Universidad de Nevada en 1880.

Como era de esperar dicho estudio y resultados fueron enterrados para siempre. Si el descubrimiento hubiera sido sobre dinosaurios o algo que fuera del agrado de la teoría oficial del momento (2) hubiera pasado a convertirse en uno de los descubrimientos más formidables del año.

Pero cuando el Estado, y sus instituciones científicas están en manos de fanáticos que siguen un plan, están en determinadas manos, cualquier dato contrario a la teoría oficial pasa al olvido rápidamente; más aún cuando los medios de comunicación estaban (y están) en manos de aquellos que dirigen la subversión.

Eso, unido al hecho de que las masas se estaban democratizando hizo que dicho descubrimiento pasara al olvido rápidamente

.¿Cómo no va a ser así, si cualquiera que tuviese la idea de ir contra la creencia oficial del Estado vería como su trabajo en cualquier universidad o como periodista corría peligro?

Hoy en día la situación solo ha empeorado.

Un caso ilustrativo de esto es el de los descubrimientos de Hueyatlaco en Méjico, a principios de los años setenta.

Arqueólogos americanos descubrieron puntas de lanza y de flechas, cosas que obviamente solo podían ser obra de humanos.

Según la teoría oficial, dichos descubrimientos deberían tener menos de doscientos mil años, que sería la primera aparición del hombre moderno; y además, teniendo en cuenta que la teoría oficial dice que el hombre solo pisó América hace unos 20.000 años.

Pues bien, un grupo de geólogos acudió para realizar el estudio de la datación y el resultado obtenido (usando cuatro métodos diferentes) fue de 300.000 años.

Esto, evidentemente, fue un shock enorme para el equipo. ¿

Cómo podía ser que hubiera humanos en América del Norte hace 300.000 años?

Tal resultado debía estar equivocado y no era aceptado por la jefatura del equipo.

Como arreglo buscaron unos cascarones a cinco kilómetros (ahí es nada) del yacimiento original, los cuales pudieron datar en 20.000 años, lo cual cerró el asunto y así quedó para la ciencia oficial que dicho yacimiento tendría que tener 20.000 años para poder “encajar” en la religión estatal.

Teoría evolucionista falsa

Una de las geólogas, Virginia Steen-McIntyre, no aceptó el resultado obtenido e intentó divulgar los resultados del sitio original.

El resultado que obtuvo fue un gran rechazo en su profesión e incluso la pérdida de su puesto en una universidad; así como la imposibilidad de avanzar en el mundo de la geología oficial.

Profundamente disgustada, McIntyre no tuvo más remedio que retirarse a vivir en una pequeña localidad de las Montañas Rocosas para permanecer en silencio.

Este caso no fue sacado nuevamente a la luz hasta su descubrimiento por Cremo, el cual le ha dado nueva difusión y según el mismo hay nuevos equipos de arqueólogos que están volviendo a investigar el caso.

Pero como ya comentamos, nos atrevemos a decir con toda seguridad que esto quedará en nada, pues nunca será tolerado por la comunidad científica ni por el Estado actual, y mucho menos cuando lleguemos al momento de la realización del Nuevo Orden Mundial.

Teoría de la evolución y fin de ciclo

En gran parte de los casos el rechazo viene de manera genuina. Buena parte de los científicos y aquellos que forman el estrato de “intelectuales” del Estado (profesores de institutos por ejemplo) rechazan todo descubrimiento que se salga de sus parámetros como algo intuitivo. Muchos de ellos rechazan cualquier trabajo ex ante.

“Ese trabajo, libro o descubrimiento está basado en una equivocación o es una trama” dicen casi todos.

Cosa que no ha de extrañar si tenemos en cuenta que la práctica totalidad de “científicos” e “intelectuales” del mundo trabajan para el Estado hoy en día.

La mayoría ni se molestarán en mirar el asunto y si lo hacen será de manera superficial y aceptando como verdad cualquier apunte de aquellos que les pagan; aquellos que dominan al Estado.

Estos últimos, o al menos la élite de los mismos saben a ciencia cierta que lo que promulgan es mentira; y lo saben porque han vendido su alma al diablo, literalmente.

 

(1)   “Creacionista” de carácter védico. Autor de importantes obras como La arqueología prohibida.

(2)  Nótese como la Teoría de la Evolución tuvo una aceptación casi inmediata, lo cual nos indica que la sociedad estaba “preparada” para la misma, y toda oposición fue rápidamente aplastada una vez las huestes de la subversión se habían hecho con el poder de los círculos “profesionales” de la burocracia estatal.