Fisuras en la Gran Muralla y el asalto de los Jinn

“Ten cuidado, mientras estás mirando en el abismo; pues el abismo también te mira a ti”

F. Nietzsche

¿Qué son las fisuras en la Gran Muralla? El que quiera hacerse una idea debería leer el capítulo correspondiente en la fabulosa obra de Guénon: “El reino de la cantidad y los signos de los tiempos”. Capítulo que, no podemos dejar de repetir, es en nuestra opinión uno de los más fascinantes que escribió el metafísico francés.

Rápidamente comprobamos que había ya algún autor que había dedicado alguna obra al tema, en este caso Charles Upton y su obra “Grietas en la gran muralla”, y no es de extrañar teniendo en cuenta que las evidencias de un asalto infernal al mundo están por todas partes, aunque sean unos pocos los que sean capaces de verlas.

Jinn como demonios

Como bien reconocía Guénon en su artículo la totalidad del Kaly-Yuga se podría considerar como un periodo de oscurecimiento el cual es la antítesis de lo que se daba en la Edad Dorada donde las fuerzas de la “luz” eran prevalecientes, y donde las fisuras referidas estaban muy lejos de hacer aparición.

La misma existencia de nuestro plano material está basada en la polaridad del bien y del mal, de lo alto y lo bajo, de la bondad y la crueldad; y por lo tanto deberíamos reconocer que el mundo lleva milenios encaminándose hacia el dominio de las fuerzas del bien o del mal.

De ello dependerá del punto de vista respectivo; lo cual nos lleva a afirmar, que según la gran mayoría de la población mundial considera la historia como un ascenso indudable hacia las alturas de la civilización y a la consecución del más alto valor humano: la igualdad.

Según el punto de vista moderno, vendríamos de un comunismo primitivo, donde, como no, el hombre era feliz, produciéndose luego un descenso hacia las formas jerárquicas de relación.

Por tanto, la humanidad ha vivido en una época de oscuridad durante milenios, y que gracias a la “ciencia” y la “razón” ha podido salir de la misma poco a poco hasta llegar a este momento de crisis; crisis la cual no sería sino una cuestión pasajera para deshacerse de todas las ataduras jerárquicas y de propiedad privada restantes, antes de la consecución del esperado salto de conciencia de toda la humanidad hacia un plano superior de paz y armonía eterna.

El problema es que la visión más o menos similar que tienen las masas no es compartida por todos, ni mucho menos.

Todavía quedan algunos cárcamos tradicionalistas o como queramos llamarlos, los cuales pensamos que justo lo contrario es lo que ha sucedido, está sucediendo (aquí es donde únicamente podemos tener algún punto de acuerdo) y sucederá.

Bien es cierto, que la visión de las masas es mayoritaria, y que la nuestra es minoritaria, ahora, no por ello vamos a dejar de defender nuestra verdad, y esta es para empezar: que no hubo ningún comunismo primitivo; cuestión sobre la que tendremos el gusto de escribir próximamente.

Descenso de la humanidad

La humanidad no lleva inmersa en un ascenso durante incontables eras en pos de la razón, sino que es al contrario un descenso lo que existe desde épocas inmemorables, más allá de nuestras nociones del tiempo; siendo el inicio de este descenso algo que proviene de los planos superiores y de la pérdida de la conciencia por algo similar a lo que los gnósticos se refieren cuando hablaban de Sofía y el Demiurgo.

Lo que sí tenemos claro es que tal descenso implica un paso de un estado más espiritual a uno más material; o como diría Guénon, de la cualidad a la cantidad.

En todo este descenso ha habido una guerra incesante entre ángeles y demonios, entre el espíritu y las fuerzas ínferas de lo psíquico, entre la razón (la verdadera) y la pasión (la “razón” de la actualidad).

Según esta visión de la modernidad, los ángeles y las fuerzas de la luz se han retirado casi en su totalidad en esta fase final de esta manifestación; al contrario, los demonios, jinn (1), longaevi romanos, y todas las criaturas que habitan en las profundidades de la subconsciencia humano están a punto de entrar en el clímax de su dominio total sobre nuestra realidad material; y cuentan como principal arma con el engaño masivo que hace que sean las masas las que lleven a cabo, de manera inconsciente la mayoría y consciente no pocos, el ascenso del reino del innombrable en nuestro mundo.

En una época temprana del Kaly-Yuga aún había fuerzas que contrarrestaran las cada vez más numerosas “fisuras” que se iban produciendo en la Gran Muralla, las cuales contaban con no poca ayuda de lo que podríamos denominar una anti Tradición muy temprana.

En este punto diferimos en cierta manera de Guénon, el cual nos habla de la Tradición como únicamente positiva, y de las fases de la anti tradición como más bien tardías.

Nosotros vemos que buena parte de las fuerzas que Guenón consideraba pertenecientes a la Tradición, no eran sino en realidad fuerzas dedicadas a la propagación de las influencias malignas desde tiempos también inmemorables.

Por ejemplo donde otros ven ejemplos de la más alta y noble Tradición como las Pirámides de Egipto, los templarios, los rosacruces, o la masonería y las catedrales europeas, etcétera; nosotros solo vemos fuerzas de la subversión oculta trabajando desde épocas muy tempranas para un objetivo muy claro a largo plazo, ya fuera de manera consciente o inconsciente, ya que buena parte de los que se enrolan, por ejemplo, en las masonerías lo hacen de buena fe, y no se dan cuenta de las influencias sutiles que subyacen a tales organizaciones.

Son en este sentido, “utilizados” en cierto modo como “alimento psíquico”, el cual es bien apreciado por los jinn y los entes a los que los altos grados de la masonería sirven.

Como hemos dicho, había aún en las fases anteriores del Kaly-Yuga influencias de corte positivo que hacían que las fisuras se fueran al menos conteniendo poco a poco, pero dichas fuerzas fueron totalmente aniquiladas con el advenimiento de la Revolución Industrial, en primer lugar, y con la de la era de las tecnologías y las realidades virtuales.

Nuevas tecnologías y demonios

Aquí no podemos sino estar de acuerdo con Upton, cuando considera que las nuevas tecnologías, por ejemplo el internet, son una especie de plataforma para que los jinn se manifiesten con más facilidad en nuestro plano de la realidad.

Es decir, que los jinn estarían encantados con la nueva explosión de tecnologías virtuales e hijas del plástico, para poder de esa manera entablar una manera de contactar con nosotros, aunque sea robándonos energía, lo cual sería una de las características fundamentales del mal; es decir, el vampirismo.

Según Upton, los jinn pueden estar intentando suplantarnos como especie dominante del planeta y de ahí el peligro que tienen todas estas nuevas tecnologías, ya que los jinn no pueden hacerse con nuestros cuerpos, pudiendo solamente influirlos; sin embargo, sí que pueden “hacerse” con las fuerzas eléctricas y electromagnéticas de las tecnologías actuales.

Aquí nos pueden venir a la mente algunas de las películas del cine de los últimos años, como las sagas de Terminator y Matrix, y la posible rebelión de las máquinas, en lo que bien podría ser el asalto de los jinn a través de la “inteligencia” artificial, que en definitiva no sería otra cosa que una inteligencia puramente fría, insensible y demoniaca en esencia.

Pero no es solo internet el único medio con el que los jinn, y otras influencias hacen fisuras por lo bajo, lo sutil o lo virtual, ya que tenemos a día de hoy lo que podríamos denominar un cierre casi completo de nuestro cielo y tierra.

Este cierre es el resultado de la cantidad y variedad de artilugios modernos que están por todas partes, y que son armas de destrucción masiva encargadas de destruir nuestro último enlace con las influencias celestes que, en cierto modo, eran nuestra última barrera contra el asalto de las fuerzas de Gog y Magog.

La cantidad de señales WIFI, antenas de todo tipo, proyectos HAARP, contaminación electromagnética, microondas, luces CFL, y un interminable etcétera, han hecho que hayamos creado una Jaula de Faraday gigantésca en nuestra Tierra, de tal manera que podemos asegurar que se han cortado casi en su totalidad la influencia espiritual en forma de energías cósmicas y/o espirituales provenientes de nuestro contacto con los cielos.

Esto es más grave aún, si consideramos que pasamos la mayor parte del tiempo encerrados en oficinas, o gigantes de acero sin ver la luz del día ni percibir el aire de la naturaleza.

Más grave aún, todo esto hace que estemos en contacto con las fuerzas ínferas de la electricidad artificial, y el hecho de que la misma sea un vehículo idóneo para la manifestación de fenómenos OVNIS o jinn, los cuales no son sino la misma cosa.

Ya lo podían intuir Tolkien y el hermano de Ernst Jünger cuando veían que las fuerzas de la industrialización en su afán por escarbar las entrañas de la Tierra, estaban en cierto modo abriendo las puertas del infierno. Y este es el trágico destino de la industrialización –el cual no comprenden los liberales, que solo ven en la misma el lado positivo fruto de la mayor productividad, lo cual sin ser mentira no deja de tener su lado invisible y negativo- , y es que la misma crea las condiciones para desatar las fuerzas infernales, que en épocas anteriores permanecían más o menos contenidas.

Las comodidades materiales presentan sus facturas correspondientes en el plano espiritual, el cual ha de pagar un precio muy caro.

¿Jinn o Extraterrestres?

A este último respecto, no nos faltan infinidad de supuestos contactos con extraterrestres (2) desde hade varias décadas, los cuales han ido en aumento conforme pasa el tiempo y que son más comunes en aquellos involucrados en la Nueva Era y toda ralea de movimientos similares.

Pensamos que dicha relación no es casual, ya que en cierto modo, las influencias sutiles se presentan con más facilidad allí donde se las requiere.

Si la mayoría de los incautos que están metidos en dichos movimientos pudieran ver la fuerza que subyace a los mismos, se caerían redondos al suelo del susto y disgusto.

Pero las fisuras no solo se presentan en los fenómenos descritos sino que van más allá y están presentes en las manifestaciones culturales de toda la modernidad, casi sin excepción.

Tendríamos que irnos a un concierto folklórico de alguna zona rural bien alejada de la molicie urbana para escapar, y no del todo, de las influencias oscuras.

La cantidad de simbolismo subversivo –el cual no está ahí por casualidad- en toda la parafernalia de los estados modernos, las multinacionales de la gran empresa, los conciertos y la música actual, y el cine, es apabullante.

Esto, por supuesto no es visto, ni siquiera intuido, por las masas, las cuales no saben que cuando acuden a un concierto multitudinario de música electrónica están, de alguna manera contribuyendo a la construcción de “plataformas colectivas” de energía psíquica y oscura para alimentar a las fuerzas que están intentando de manera desesperada la apertura de las puertas del infierno.

(1)   Según la doctrina Musulmán, los Jinn serían unos seres que habitarían un plano más sutil que la Materia pero más ordinario que el plano Angélico. El Genio de la Botella vendría a ser un Jinn.

(2)  Recomendamos la lectura de “Mensajeros del engaño” de Jacques Vallée.